Cuenta la historia de una niña llamada Alicia yafreisys Moronta de la Rosa, se encontraba en lo más aburrido de una casa, en Villa Mella, después de un largo apagón de 9 horas. De pronto un perro viralata, se le acerco y la invito a seguirla, ella se impresiono al ver a aquel cuadrúpedo sarnoso con pulgas, hablarle como cualquier humano. ―Oye ppsss rubia de farmacia, ¡caeme atra!… ―le dijo Tonki. Ella de inmediato lo siguió, y en el camino le pregunto hacia donde se dirigían, a lo que le dijo ―oyes, te vua a lleval al mejol sitio de la bolita! ― En el camino ambos pasaron por un hoyo que había en el medio de la calle, Tonki y Alicia se metieron por ahí, según él para llegar más rápido. Salieron en una esquina muy transitada, donde había un puesto de chicharrones, los favoritos de Tonki, quienes servían las tripitas aceitosas eran los mellizos Morrobel, famosos por sus entresijos y por la cadeneta más grande de Villa Mella.
Los agarró un Amet
Alicia se añugo un hociquito, y rápidamente siguió el rastro de Tonki que ya estaba en el medio de la calle para cruzar. En ese mismo lugar, un Amet los detuvo, quería fuñir un poco la paciencia ya que le exigió a Alicia ponerse un casco protector sin importar que ella no anduviera ni siquiera en una pasola. Tonki le mojo la mano al agente, y se marcho con la rubia teñida, ―En ete pai tu ere gente con cualto o con un calne de gualdia, ― le dijo Tonki mientras caminaban por la calle, ya que las aceras estaban ocupadas por carros y por construcciones. Alicia conocía un nuevo mundo mas allá de la calle sin asfaltar que daba al frente de su casa. La joven y el astuto perro se la bandeaban juntos, entre bocinazos, gente voceando, indecentes guayando gomas y disco lais a to lo que da. ―No te apure que ya tamo llegando, ―le ladro Tonki, aunque después le dijo, ―tamo llegando al comienzo del camino jajaj ajja―. Alicia comenzó a generar muchas expectativas, y veía con asombro todas las cosas que sucedían a su alrededor.
¡Se acaba el tiempo!
Se montaron en un carro público, ahí antes de cruzar el puente del rio Isabela, el chofer, llamado papotico, un paranoico obsesionado con el tiempo. ―! Se acaba el tiempo se acaba el tiempo! ― Era todo lo que decía, su tiesto corola del 89 estaba lleno de relojes de todo tipo. ―Ustedes ven ese, ese me dice la hora en que voy a comer mi arroz con habichuela, ese otro de allá arriba, me dice la hora de cuando e que voy a tomarme la siesta y dormir timbi con mi barrigón―, ¿y este? ―, pregunto osadamente Alicia ―Ayyyyy muchacha para que hiciste eso, ― le dijo Tonki el perro. Sin querer Alicia le había recordado al chofer la huelga que tenia para ese día ya que los combustibles habían subido nuevamente y ellos querían presionar al gobierno paralizándolo todo. ― !Ese es el reloj de Hubieres! ¡Ya es hora ya es hora! se acaba el tiempo y se me van de mi carro los dos ―
¿Qué es eso de tránsfuga?
Después de conocer la locura de Papotico, Alicia y Tonki cayeron en la Ovando con Máximo Gómez, en ese lugar muchos letreros de candidatos anunciaban unas elecciones reñidas. Qué es eso de tránsfuga Tonki le pregunto la joven al perro. ―Bueno menol, mira, ete e un país de interese, y aquí to el mundo jala pa su lao, entonces cuando no te quieren de un lao, tú te va pa otro! Adema ya en eta época, nadie e de ningún colol, aunque todos lo hacen por uno. Por uno, ―como así Tonki? Dijo la rubia, ― bueeno que ya nadie e morao, blanco o colorao, pero todo son velde como el dinero―. ¡Ahhh ya entendí! ― Alicia y Tonki continuaron su travesía, el insistentemente la iba a llevar al sitio más maravilloso de la bolita, ella simplemente disfrutaba la aventura. Muchas cosas iban estos dos a conocer y descubrir, tal como lo dijo el pulgoso ese, apenas habían llegado al principio.
En la próxima entrega: Alicia y Tonki son atrapados en una redada de la policía, también Tonki casi se ajoga con un chimi de la calle… esto y mucho más en el cuentecito: Alicia en el país Maravilla
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